dimanche 16 août 2015

Tarde gris



Miro la lluvia a través de la ventana,
escucho su rumor.


Cae sin pausa
como si detuviera el tiempo.


Hoy me sume en una melancolía tranquila,
trae recuerdos lejanos,
voces cercanas y rostros.


Rostros queridos de mi infancia,
la calle de mi primer vivir, sus sones,
los cascos del caballito del lechero
golpeteando los adoquines,
la musiquita de sus cencerros.


Veo correr el agua como arroyito pujante
junto al cordón de la vereda,
la flota de barquitos de papel
y su brava navegación hacia
un incierto destino,
como el de los seres.


Barquitos de papel,
mi primer libro de lectura
en el que aprendí la ternura primera,
la de mi madre enseñándome a leer,
un verano mientras cosía en el patio.


Vuelvo a ver los rostros amados
a través de la ventana,
a través de la cortina de agua.


Gotas de lluvia,
gotas de recuerdos
repican en el asfalto brillante.


La vida que sigue, la vida que corre,
como el agua como el viento,
nos trae nuevos rostros,
nos arrastra
hacia nuevos encuentros,
sentimientos inéditos,
impredecibles, inesperados.


Nos dice de entusiasmos
repetidos pero siempre nuevos,
nos atrapa el corazón
y lo trenza con otro
y aceptamos, agradecemos,
aunque termina mal
como todo,
como siempre,
porque
un abrazo
o abismarse en unos ojos
negros como la noche,
o simplemente tomarse las manos
y sentir la infinita historia
de la ternura,
de la pasión humana,
de los otros como parte de uno,
todo eso se termina un día
pero mientras,
la alegría de vivir.

Veo 
tu rostro reflejado
en el asfalto 

mojado.
 

Todo tiene sentido...

elprofe      9/08/2015, domingo









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