"...Le pediste al amigo que fuera a comprar un ramo de flores y una botella de vino. Tu te quedaste en el mausoleo. Conseguiste una escoba y te pusiste a barrer. Estuviste un buen tiempo, así, barriendo la tumba de Mario.
El amigo había vuelto con las flores y el vino, cuando a lo lejos divisaron la silueta de una mujer. Se detuvo. Era evidente que los había visto y apuró el paso.
La mujer tendría más de ochenta años. Alta , erguida, ancha y fuerte, los encaró.
-¡Y ustedes quienes son!
-Doña Clarisa -dijiste. ¿No me reconoce? Soy...
Luego presentaste al amigo.
Clarisa Jeldres reconoció, escuchó el motivo invocado y con expresión de asombro, les preguntó:
-Y ustedes...¿todavía se acuerdan de mi hijo?
-Todos los días de la vida...doña Clarisa.
(Estas fueron tus palabras. Y se las repetiste).
-Todos los días de la vida.
Del libro "Todos los días de la vida", de Emérico García Concha"
....Me contaron que en Ohio a comienzos de siglo
vivía una mujer. Vivía en Bidwell hundida en la miseria.
Se llamaba Marie McCoy y era la viuda
de Mike McCoy, guarda tren.
Cada noche, desde los trenes rugientes
de la Wheeling Railroad Company
los maquinistas tiraban pedazos de carbón
sobre la tapia del huerto de Marie McCoy
gritando con voz ronca "para Mike!"
...................................................................................
Esta canción está dedicada a los compañeros
del guarda tren McCoy, muerto por tener
los pulmones demasiado débiles
para los trenes carboneros de Ohio.
Muerto pero no olvidado
Muerto pero no olvidado
De "Carbón para Mike", de Bertolt Brecht (fragmento)
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